Desde que te fuiste mi vida se dio vuelta. Todavía hoy, cada vez que me acuerdo de vos, recuerdo el desconsuelo de perderte. Perder la pseudo amistad que compartíamos solo entre vos y yo… no había necesidad de compartirlo con otros. No había necesidad de vernos, era un mensaje, un mail, algo.
A veces nos odiábamos... A veces era mi turno, a veces el tuyo, a veces de los dos.
Recuerdo entrar a un Facebook que mantuve en silencio después de distanciarme de mi ex novio, solo por el instinto de ver algo. Recuerdo pasar horas leyendo tu muro y los mensajes de tu gente, llorando. Esperando que escribas diciendo “Era una joda!”. Recuerdo el mes posterior, leer todos los días ese mismo muro, los mensajes de tu gente que te decía cuanto te extrañaba. Recuerdo dejar de leer porque me estaba quemando la cabeza.
Entonces un día me calme…. Y empecé a creer que tenías razón.
Que los cambios van a través de la acción, no la reacción. Que el destino no opera solo, nada llega solo.
En esos días hice terrible quilombo… me calme otra vez, conocí a alguien, me enamore… y las fichas cayeron por su propio peso: me enamore, me incito a que me reciba, salió lo del departamento, mi familia esta bien, mi perrito fantástico… aunque para vos fue siempre feo.
Hoy tengo una sobrina más, ya son 4 los niños de mi familia, me promovieron en mi laburo, estoy recibida, en meses me entregan mi futuro hogar…
Y fue todo porque ya no estas Beren. Porque tome un hecho y lo convertí en aprendizaje.
En 13 días toca Pearl Jam. Como lamento que no puedas ir. 1 año y 13 días más tarde.
Gracias. Gracias por repetir hasta el cansancio que “algo más tiene que haber” y ser lo suficientemente cruel como para mostrarme mi conformismo en cada conversación.
Gracias B.
Lu.
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