18.6.12

Ladrillos.

Vas corriendo y sentís que estas por golpearte la cabeza contra una pared invisible. Sin embargo no dejas de correr.
Sentís al público vitoreando, te sentís animada. Podes ver como las banderas de colores te alientan a que sigas corriendo.
No paras. 

Algo adentro tuyo te dice que tenes que seguir corriendo... ya no sabes si es porque la gente te alienta o porque tu instinto te lo dice. Días antes estabas justificando dejar de correr, pero hoy no podes dejar de hacerlo. Tus piernas se mueven solas.
De pronto el golpe, el silencio y la caída.

Ya nadie te alienta. 
Sentís las manos intentando levantarte, pero es más fácil quedarte sentada en tu propio charco de sangre. Te hubiera encantado equivocarte al menos una vez.
El mundo de pronto se te nubla y desaparece.

Te despertas ojerosa. Dormiste mal. Sentís las manos raras, cubiertas de polvo. Te toma unos segundos entender pero sabes exactamente qué es lo que tenes que hacer.
Desabotonas tu camisa, buscas el botón indicado y apretas. Sentís que en tu bolsillo se empieza a materializar algo, lo sacas, lo moves con total confianza hasta lograr la forma deseada.

Te levantas, moves tu cama, corres las cajas apiladas y llegas a la pared que separa tu habitación de la calle. Frente a ese espacio, apilados en columnas irregulares, pones este nuevo ladrillo. Juuuusto al lado del que pusiste unos días antes. Se estaban esperando.

Suena Floyd de fondo y escuchas...

"All in all you're just another brick in the wall."

Eso es lo que yo llamo una frase cargada.

1 comment:

Caro said...

Y nuevamente representamos el cambio, y sin darnos cuenta nos dio un vuelco.

Las paredes no se levantan solas, siempre vienen de la mano de ese choque.

Inspirador lo suyo